Quiero morirme, irme, saber que hay después...

Me he cansado de intentar ser perfecta, de agradar a todos. Me he hartado de dar sin recibir. De aguantar tonterías y cosas sin sentido. Ya no sirve de nada. Paso de toda la mierda que me rodea. Sí, me he vuelto a perder en el camino. Pero no por mucho tiempo. Simplemente, llegas al puto límite en el cual te importa una mierda los demás, y no creáis que no duele, porque sí, duele. La impotencia es lo que domina mi mente ahora mismo, quizás no tanto como la rabia desmedida. Odio las malas caras, odio los reproches absurdos, las salidas de contexto. Aguantar todas las cosas que odias de los demás y que te reprochen tonterías con las que flipas. Llegada a este punto, lo único que deseo es estar a solas conmigo, olvidarme de los demás, olvidarme de que existo. Y comenzar a buscarme, porque sin querer, he vuelto a perderme. Así que olvidadme y cuando vuelva a tener un cuerpo firme, un escudo para todos los golpes que queráis soltar por encima de mí... Entonces acordaos de mí. Así que decid, opinad, y haced lo que queráis, yo ya no os escucho.

La puerta la tienes delante de ti, tú decides si irte o quedarte, pues lucharé por hacer que te quedes a mi lado porque te quiero, sí, no he acostumbrado a decírtelo, pero creo que ya lo sabes.

«Nos dijisteis que hiciéramos el amor... y no la guerra. Os hicimos caso, ¿por qué entonces el amor nos hace la guerra?».

Me sobraría el estribillo.

No sé qué pensarás tú, pero alguien que hace algo así suele estar enamorado, ¿sabes? Hacemos difícil lo fácil y siempre cogemos el camino largo… ¿pero sabes por qué? Por miedo. Y yo puedo hacer las cosas más absurdas, puedo hacer de todo… pero me tiemblan las piernas para invitar a un café a la chica que me gusta…porque el día que lo haga y me diga que no, yo no podré seguir enamorado. Y ahora me doy cuenta de que sólo necesitaba una canción de tres minutos y medio para decirlo, sólo tres minutos y medio, me sobraría el estribillo.

¿No crees que es lógico que me obsesiones? Pintar sonrisas en tu cara es la mayor de mis pasiones.

Soy una chica adolescente. Yo lloro por las cosas más estúpidas, destruyo mi pelo entre dos placas de metal caliente todos los días. Tengo más de mil canciones en mi iPod y tienen un significado detrás de ellas. El teclado de mi teléfono está desgastado por enviar mensajes de texto, sin embargo, me gusta demasiado desgastarlo. Amo tomar demasiadas fotos, a veces quiero comer como un hombre y pierdo más amigos de los que hago. Amo comer demasiado chocolate. Voy a ver una película de miedo al cine y estoy totalmente bien, hasta que me salga de la habitación, alguien me tiene que proteger, pero lo que nadie parece darse cuenta es que NADIE ES PERFECTO.

Porque mi mayor ambición es un corazón que sea hiperactivo. Porque no me conformo con un yo, ni un él, sino con un nosotros.              

¿Sabes la típica chica perfecta? Pues yo soy la de al lado, la que siempre tropieza.

Un dolor eterno

Nunca he sabido muy bien lo que falla dentro de mí, pero sé que mi tiempo gira contrario a las agujas del reloj; sé que no veo como el resto ni escucho como la mayoría, no huelo ni siento como los demás... Ni si quiera sé si realmente es un fallo o una virtud, pero poco a poco me alejo de la realidad que todos ven y palpan. Yo palpo una belleza efímera y un dolor eterno.

Ámame u ódiame, esto es una obsesión

Ámame u ódiame, esa es la cuestión

Si me amas, ¡Gracias!

Si me odias,... ¡Que te jodan!

Preciosa; Después de malvivir no sé hacer otra puta cosa.